La coordinación y cooperación entre los grupos de lucha contra el narcotráfico de la Policía Nacional y la Guardia Civil ha culminado con la desarticulación de una organización criminal de narcotraficantes que introducía hachís desde Marruecos en la provincia de Burgos. Se trata de «la mayor operación contra el tráfico de hachís desarrollada en la provincia de Burgos este año». Denominada ‘Renacimiento Mouth’, la operación se ha saldado con la detención de 12 personas de nacionalidad magrebí y española -8 de ellos ya están en prisión preventiva- y la incautación de más de 15 kilos de hachís en ‘bellotas’, así como cinco vehículos, varios teléfonos móviles, 1.500 euros en dinero en efectivo y un arma semiautomática de 9 mm con su munición preparada para ser utilizada -y que había sido sustraída de una galería de tiro en San Sebastián de los Reyes (Madrid)-, lo que da idea de «la peligrosidad de la banda», argumentó el subdelegado del Gobierno, José María Arribas, ayer cuando informaba sobre el desmantelamiento de esta organización criminal.
Piso franco en Arlanza
La banda disponía en una localidad de la comarca del Arlanza de una vivienda con la infraestructura necesaria para ocultar a los «muleros» durante unos días hasta que expulsaran de su cuerpo las bellotas de hachís. Se han realizado varios registros en inmuebles controlados por el jefe del grupo en esta localidad, encontrándose otros cinco kilos de hachís.
El subdelegado del Gobierno destacó la «coordinación de la operación» entre el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policía Judicial y el Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EODA) de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Igualmente, incidió en que la «dificultad» de la operación, realizada en tres fases, por las «extraordinarias medidas de seguridad» que las personas detenidas tomaban en su vida cotidiana, así como por el uso de telefonía analógica y sistemas de comunicación tradicionales (SMS) que usaban para evadir cualquier control tecnológico.
Aunque la operación se da por cerrada, la Policía no descarta nuevas detenciones. Así lo aseveró el jefe de grupo de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, José Manuel García Pérez,aunque insistió en que «se ha acabado con todas las ramas de la organización que se dedicaba a introducir hachís tanto en Burgos como en la provincia».
Los dos cuerpos de Seguridad del Estado iniciaron en enero investigaciones por separado, «porque ambos contaban con información de que había un grupo de personas que introducía hachís en Burgos. Uno de los sospechosos «fue el que nos ha unido» y se cruzaron las investigaciones desarrolladas de los juzgados número 2 y 3 de Burgos en una única línea de investigación para «no solaparnos y colaborar que ha sido la mayor colaboración que ha existido en Burgos», apostilló García Pérez. Ambas líneas de trabajo se unieron en abril centrando todas las investigaciones en el Juzgado número 2 de Burgos hasta que hace unas semanas se dio por concluida la operación con la desarticulación de la banda.
Modus Operandi
Una investigación que se ha desarrollado en tres fases según el ‘Modus operandi’ de la organización criminal.
La banda desmantelada introducía el hachís procedente del norte de África por diferentes puertos del sur de España (Almería, Málaga, Algeciras o Tarifa). Los ‘muleros’ portaban la droga en su cuerpo hasta que o lo expulsaban en aquellas provincias y se traía a Burgos por carretera con el apoyo de coches lanzaderas para evitar la intervención policial, «como ocurrió en la primera fase».
En esta primera intervención las fuerzas del orden detuvieron a tres personas y se incautaron de cuatro kilos y medio de hachís. La droga venía dividida en bellotas y estaba oculta en el doble fondo del vehículo en el que viajaban los detenidos, acompañados de un coche lanzadera. La vigilancia a la que venían siendo sometidos permitió que este último no pudiera alertar a los tres individuos y pudieron ser detenidos.
Además de hachís, en esa primera fase de la operación se incautó el arma de fuego semiautomática cargada y preparada para su uso en caso de necesidad, oculta en el coche, pero de fácil acceso. Un arma que, eso sí, los detenidos no llegaron a usar, gracias a la rápida intervención de los agentes.
En las investigaciones de la segunda fase, se detectó que entraban tanto por el puerto de Málaga como por el aeropuerto de Barajas. Una vez que los ‘muleros’ estaban en Madrid «el jefe de la banda bajaba a por ellos y los traía a un piso que tenía en una localidad del Arlanza». Una vez expulsada la droga se distribuía al menudeo por la ciudad y la provincia. García apuntó que de este modo se obtenían «grandes beneficios, porque al traerlo directamente desde Marruecos el hachís es bastante más barato».
La organización estaba estructurada piramidalmente. Uno pagaba a los muleros –de los que tres fueron detenidos en la última fase de la operación-, otro bajaba a por ellos y otros distribuían la droga entre los pequeños traficantes de la ciudad y provincia. El jefe de la Brigada Judicial aclaró que se ha investigado a «prácticamente todos los traficantes pequeños de la provincia».
Una vez unificada la investigació´n, se inició una segunda fase en la que se detuvo a tres colaboradores de esta red criminal, dos en la capital y uno en una localidad de La Bureba.
La tercera fase concluyó hace escasas semana en la que fueron detenidos otros cinco miembros de la banda, así como el cabecilla de la misma. En el momento de la detención, tres de ellos portaban en el interior de su cuerpo más de kilo y medio de hachís cada uno que tardaron tres días en expulsar completamente.
Asimismo, los agentes han realizado varios registros en diferentes inmuebles controlados por el jefe de la banda, que aparentemente llevaba una «vida normal con su familia en Burgos, con su trabajo, sin llamar la atención y eso dificultó las investigaciones». En dichos registros se encontraron otros cinco kilos de hachís, así como dinero en efectivo y varios teléfonos móviles. También en esta última parte de la investigación se intervinieron los cinco vehículos utilizados por la banda criminal.