Una inmigrante de origen subsahariano logró entrar ayer en Melilla junto con un bebé bajo un burka pese a ser detectados por la Policía Nacional en el control documental, ya que se encontraban en territorio español.
Según fuentes policiales, la mujer indocumentada logró su propósito porque superó el control documental de la Policía marroquí, donde el requerimiento de papeles no es solicitado a todos los transeúntes como sí ocurre con la Policía Nacional, y con ello pudo llegar hasta la parte española de la frontera de Beni-Enzar.Asimismo, las citadas fuentes agregaron que había sido clave también para que finalmente pudiera acceder a la ciudad española que la inmigrante fuera acompañada con un bebé que escondía bajo el burka -prenda que le tapa todo el cuerpo salvo unas rejillas a la altura de los ojos- simulando estar embarazada.
A la mujer, que dice proceder de Nigeria y tener 20 años edad, se le abrió en la Jefatura Superior de Policía un expediente de expulsión en aplicación de la Ley de Extranjería por entrada ilegal en territorio nacional pero mientras se resuelve su situación, fue acogida junto con la que asegura ser su hijo en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Al bebé, apuntaron fuentes policiales, se le realizaron las pruebas de ADN que se practican a todos los menores indocumentados que llegan a Melilla para evitar un tráfico de niños. Si se comprobara que no es hijo de la inmigrante, su custodia pasaría a manos de la ciudad autónoma y por tanto sería acogida en la casa cuna del Centro Asistencial de Melilla, dependiente de la Consejería de Bienestar Social.
En ese caso, la mujer sería detenida y acusada de un tráfico de personas.