Una patrulla de la Guardia Civil vio un coche en el arcén. Se acercaron y comprobaron que el conductor sufría un amago de infarto.
En el asiento de atrás viajaba un bebé. La agente de la Guardia Civil se hizo cargo del pequeño y lo calmó mientras atendían a su padre.
El auxilio en carretera “tan peculiar” ocurrió en Las Palmas de Gran Canaria.