Un vendedor de coches que fue secuestrado por el comando etarra que poco después mató al policía francés Jean-Serge Nérin en la región de París el 16 de marzo de 2010 reconoció hoy a Arkaitz Aguirregabiria como uno de los asaltantes y dijo haber temido por su vida.
El vendedor, Georges Pardal, se emocionó cuando la fiscal del Tribunal de lo Criminal de París le preguntó qué sintió en el momento del atraco, cuando vio aparecer en su despacho a dos etarras, uno de ellos, al que identificó como Aguirregabiria, apuntándole con una pistola.
Pardal (38 años) dijo que tuvo «miedo de morir» y que su pensamiento fue para su familia y sus hijos.
Preguntado sobre si identificaba en el banquillo de los acusados a alguno de los que le atracaron aquel día en el concesionario de vehículos de Villiers en Bière en el que está empleado, señaló a Aguirregabiria.
Ya lo había identificado con casi total seguridad poco tiempo después del día de los hechos, cuando le presentaron su fotografía entre más de 160 personas.
No identificó, sin embargo, ni por el aspecto ni por la voz a Izaskun Lesaka, que está acusada de haber participado en el robo, y de ser la única mujer del comando, la que se encargó de interrogar a Pardal para sacarle información para cometer el robo.
Los etarras se llevaron cinco coches del concesionario y, en un camino próximo en el que estaban llenando sus depósitos con unas latas, se toparon con una patrulla de cuatro policías con los que se enfrentaron en un tiroteo, en el que resultó herido de muerte el brigadier jefe Nérin.
Pardal contó cómo l0 ataron de pies y manos después de tirarle al suelo y de forzarle a mantenerse quieto con violencia «para (forzarle) a colaborar», cómo le cubrieron la cabeza y cómo lo dejaron amarrado a una mesa cuando abandonaron las instalaciones con los vehículos sustraídos.
Indicó que, antes del robo, él y su jefe se habían percibido del paso de un Citroen C4 con al menos tres pasajeros por una carretera anexa que los observaron muy detenidamente.
Se da la circunstancia de que fue un Citroen C4 el utilizado por los dos miembros del comando que dispararon mortalmente contra Nérin, uno de los cuales -según los investigadores- era el entonces jefe militar de ETA, Mikel Carrera Sarobe, «Ata».
El vendedor señaló que como consecuencia del impacto psicológico del atraco lo pasó mal, tuvo «dificultades de comportamiento» y complicaciones en sus relaciones familiares, en particular «conflictos» con su mujer.
También hizo notar que le resultaba «difícil» hoy tener que declarar en presencia de sus «agresores».
Además de Aguirregabiria, Lesaka y Carrera Sarobe se sientan en el banquillo Joseba Fernández Aspurz, Josu Urbieta Alcorta y Xabier Goienetxea Iragorri. El proceso está previsto que se prolongue hasta comienzos de diciembre.
