Los hechos ocurrieron hace algo más de seis meses y nunca, hasta ahora, habían llegado a ver la luz. El Confidencial Digital ha recabado información sobre lo sucedido, también de fuentes de dentro de la Benemérita, y este es el relato de los hechos según los datos recogidos:
El capitán, que había estado destinado en una unidad de élite de la Guardia Civil, se trasladó a comer, junto con un guardia, a un conocido bar de una localidad aledaña a donde se encuentra el cuartel. Allí permaneció durante todo el mediodía con el matrimonio que regente el establecimiento.
De regreso a su puesto, el capitán de la Guardia Civil se ofreció a conducir el coche propiedad del matrimonio dueño del bar. La pareja accedió y le dejó las llaves de un potente automóvil Mercedes, modelo E320, de color negro. El Confidencial Digital conoce la matrícula del vehículo.El oficial condujo el citado coche a altas velocidades, que sobrepasaban los límites indicados en la carretera. Hasta que fue fotografiado por un radar móvil que se había instalado en un lateral de la vía por la que circulaba.
La velocidad máxima permitida en ese tramo era de 90 km/h, y el radar marcó 179. De haber alcanzado los 180 km/h, es decir, uno más del que se registró en la denuncia, se le podía haber imputado un delito contra la seguridad vial, ya que doblaría la velocidad permitida en esta vía.
Tramitada la denuncia, se notificó al dueño del Mercedes la sanción: multa de 600 euros y la retirada de seis puntos del carné de conducir.
Cuando la notificación llegó al propietario del vehículo, es decir, a los dueños del bar donde almorzó el capitán de la Guardia Civil. A la vista de la importancia de la multa y de la eliminación de puntos, el matrimonio se presentó inmediatamente en el cuartel para hablar con el oficial y jefe del puesto sobre lo sucedido.
Un guardia -ECD también conoce su identidad- fue quien atendió a la pareja cuando llegaron y les invitó a pasar a las dependencias oficiales.
En un primer momento, el matrimonio propietario del vehículo quería que el capitán de la Benemérita se identificara como el conductor del vehículo, que abonara la multa y que asumiera también la pérdida de los seis puntos en el permiso de circulación.
Sin embargo, el capitán optó por otra solución: entregó al matrimonio el importe de la sanción al matrimonio (días más tarde abonaron la multa en la Jefatura Superior de Tráfico de Logroño) y les propuso identificar al conductor del vehículo que circulaba a 179 km/h como un familiar de los propietarios del vehículo.
Efectivamente, en la respuesta a la demanda de identificación enviada a Tráfico se escribió que el infractor era un ciudadano llamado Óscar Lázaro, familiar de los propietarios del vehículo y de nacionalidad portuguesa.
La infracción que había cometido el capitán de la Guardia Civil, por tanto, no ha quedado registrada en ningún documento ni archivo.
Estos hechos, según ha sabido ECD, son conocidos por todos los agentes de la Guardia Civil destinados en la localidad.
Además, el matrimonio propietario del Mercedes ha ido contando a clientes y vecinos lo sucedido y la ‘solución’ que propuso el capitán.
El propio matrimonio ha comentado que el supuesto conductor del vehículo, es decir, su familiar, en realidad es manco, ya que perdió medio brazo derecho en un accidente.