Un buen susto se llevaron ayer tarde en la farmacia José Eloy González Díez de las Calzadas. Sobre las siete de la tarde, mientras estaban prestando el servicio de guardia, un hombre de unos 60 años entró en el establecimiento para robar. Le exigió a la dependienta la recaudación, que se la dio, y acabó enfrentándose con el dueño del despacho farmacéutico, que resultó herido leve.
El profesional no se encontraba despachando en ese momento, pero al percatarse de lo que estaba ocurriendo salió a la zona de atención al público, explican fuentes de Policía Nacional. Allí se enfrentó al delincuente, forcejeó con él y este acabó pinchándole en el abdomen. A continuación abandonó la farmacia, dejando tras de sí un herido por arma blanca y un cuadro de crisis nerviosa.
Cuando se avisó a la Policía Nacional, una patrulla encontró en los alrededores al presunto autor del atraco. Fue al poco tiempo de que se produjese el hecho, insisten en el cuerpo policial, y le pillaron con todos los elementos que había utilizado para atracar la farmacia. Ahora se encuentra detenido, pendiente de la toma de declaración y de pasar a disposición judicial.
Por su parte, el farmacéutico tuvo que ser atendido de la herida, pero se encuentra bien. Miguel López de Abechuco, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Burgos, reconoce que «ha sido una pequeña lesión», que se ha resuelto con unos puntos y, de inmediato, el compañero fue dado de alta y ya está otra vez al pie del cañón. Eso sí, López de Abechuco admite que «el susto no nos lo quita nadie».
No se habitual que, en una ciudad como Burgos, se produzcan atracos de estas características. Pequeños hurtos sí, asegura el presidente, pero los atracos son cosa de las grandes ciudades, y ahí cada vez se están dando con mayor frecuencia. El Colegio Oficial de Farmacéutivos ve lo ocurrido este domingo como «un hecho puntual, que esperan que no se repita», y los farmacéuticos lo sobrellevan con «profesionalidad y vocación», como todo el esfuerzo durante esta pandemia.
