CREACIÓN
La Brigada de Investigación de Patrimonio Histórico se creó en 1977, como un pequeño grupo policial, debido a que existían problemas de expolio del patrimonio artístico nacional. De esta forma nació la Brigada Central de Investigación Criminal, como un pequeño grupo que fue creciendo hasta ser la actual Brigada de Investigación de Patrimonio Histórico. El primer inspector que tuvo ese grupo fue el comisario Puente, que actualmente está jubilado.
La brigada está formada por dos grupos operativos. Uno se ocupa de la propiedad intelectual y el expolio arqueológico, entre otros. El segundo se encarga de los delitos: robos, hurtos, estafas, apropiaciones indebidas y demás. También cuentan con una secretaría cuya labor son las difusiones y una jefatura de brigadas, aunque se prevé una ampliación del cuerpo.
SU FUNCIONAMIENTO
«El procedimiento normal», según el inspector jefe de la brigada Lorenzo Montero «que se sigue para la investigación de un bien cultural que ha sido robado parte de la persona pone la denuncia en una dependencia policial. Después de la denuncia, hay que adjuntar un soporte gráfico, para poder demostrar que realmente le pertenece esa pieza, y para poder diferenciarlo de otras que se incauten. Más tarde se incorporan las características en la base de datos y se procede a la difusión nacional e internacional.»
ImagenSu base de datos realiza una búsqueda por exclusión, es decir, que hay que ir introduciendo los caracteres de la obra (pintura, sobre tela, descripción de la imagen).
En esta base se encuentran archivadas obras robadas, recuperadas, algunas que están en oferta o por las que se ha tenido algún tipo de interés. Hay unos 5.000 bienes culturales nacionales archivados. «Los agentes que reciben la denuncia de un robo hacen las primeras investigaciones, con respecto a los autores y demás. También investigan más profundamente las brigadas regionales con las que colaboramos además de nuestras investigaciones propias, a cargo del delegado de patrimonio histórico, quien nos remite la información que difundimos», afirmaba el inspector jefe Montero.
ImagenCuando tienen indicios de la dudosa autenticidad de una pieza, la contrastan con expertos en esa materia específica. Para concluir se recurre al informe oficial y pericial de estas personas para descifrar la autenticidad de la obra. El trabajo de esta brigada acaba en el momento en el que encuentran e identifican el bien robado.
Lorenzo Montero dijo que investigan «todo tipo de bienes entre los que se encuentran más comúnmente cuadros, muebles, esculturas e imágenes».
50 CASOS CADA AÑO
Cada año la Brigada asume unos cincuenta casos al año que desarrolla directamente con la colaboración de otras jefaturas. Suelen ser casos largos. También trabajan activamente con Interpol. Reciben toda la información acerca de obras robadas en el exterior y a su vez les remiten toda la información las obras en las que concurren unas características que son susceptibles de salir al exterior, porque hay otras que son piezas menores, para el «mercado doméstico».
A parte de la Interpol, trabajan activamente con el Comando Carabinieri de Patrimonio Cultural de Italia, con la Brigada de Hurto de Obras de Arte de Portugal, con la Oficina Central de Bienes Culturales de Francia. Junto con España, estos países tienen la misma problemática ya que son países que tienen una mayor riqueza de bienes culturales, al contrario de países del norte de Europa que son los que pueden comercializar con estos. Cuando se encuentran obras de las que se desconoce el propietario, el Estado designa estos bienes a museos, dependiendo del tipo de obra.