La dirección política y operativa de la Ertzaintza mantuvo ayer una reunión extraordinaria en la base central de Erandio, en la que participaron los mandos de la unidad antiterrorista (denominada ahora Oficina Central de Inteligencia), para analizar las consecuencias que el atentado yihadista de París podría tener para la seguridad del País Vasco. La conclusión extraída es triple: se mantendrán las exigencias de autoprotección ante lobos solitarios que puedan atacar patrullas para robarles sus armas, se reforzará la seguridad en «infraestructuras críticas» como en el resto de España y se agilizará el intercambio de información con cuerpos de Policía de otros países.
En ese contexto, la Ertzaintza recibió pocas horas después del atentado una comunicación de las autoridades francesas en la que se daba cumplida información de la marca, el modelo y la matrícula del vehículo en el que podrían haber huido los señalados como autores de los asesinatos de París (un Renault Clio con placas de la capital francesa), en la que se explicaba que sus ocupantes eran«tres hombres armados», que el coche constaba como robado en ficheros policiales y en la que, textualmente, se pedía «grandes medidas de seguridad» a todos los agentes. La comunicación partió de la Gendarmería francesa y fue enviada a todas las Policías de España a través de las comisarías fronterizas hispanofrancesas, una de las cuales está operativa en Hendaya con presencia de la Ertzaintza.
Las fichas policiales y las fotografías de los supuestos terroristascircularon de whatsapp en whatsapp entre policías. El temor de los agentes es fundado. Antes del verano, un joven de origen árabe fue detenido en Gipuzkoa en posesión de fotografías de policías de distintos cuerpos a los que había seguido.
En realidad, el asesinato de 12 personas en el ataque a la revista satírica Charlie Hebdo no cambia el nivel de riesgo en la comunidad autónoma. Ya en agosto, como adelantó ELMUNDO, la Ertzaintza dio acuse de recibo de un aviso de Europol sobre posibles atentados y solicitó a todas sus unidades operativas que extremaran la seguridad, medidas que «siguen vigentes desde entonces». «El modus operandi de la acción sería mediante el asalto a alguna patrulla uniformada con el objetivo de apropiarse de sus armas de fuego, con las que posteriormente proceder a abrir fuego de manera indiscriminada contra las personas que se encontrasen en las inmediaciones», se alertó en verano a los agentes, según un informe confidencial que publicó este periódico. Un veterano policía cuenta que, desde entonces, utiliza doble seguro en su arma reglamentaria cuando sale a la calle.
Lo que sí se hará ahora, según fuentes oficiales, es ajustar losprotocolos de actuación al nivel de alerta decretado por el Ministerio del Interior en toda España, el nivel 3 de 4. Básicamente, la Ertzaintza hará especial hincapié en el control de «infraestructuras críticas» que podrían ser objeto de un ataque terrorista. ¿Cuáles son esos puntos? Se trata de espacios simbólicos, lugares concurridos o instalaciones clave para la garantía de los servicios públicos, como en verano fue el BEC con los partidos de la selección de baloncesto de Estados Unidos, en los que hubo grandes controles. Sin que haya trascendido un listado concreto de esos puntos que vigilará con especial ahínco la Policía vasca, parece claro que entre ellos se encuentran zonas como la refinería de Petronor, infraestructuras de telecomunicaciones, los embalses o los nodos de transporte.
Lógicamente, los sucesos de París han generado inquietud entre los agentes de base de la Ertzaintza. Muchos de ellos cuestionan si la Policía vasca tiene capacidad para responder ante situaciones semejantes. «Yo me pregunto: si te vienen con un kalashnikov, ¿qué hago con mi pistola? Y si uso la escopeta, son armas de guerra contra armas de caza», comenta un ertzaina. «Cualquier otra Policía dispone de armas intermedias para este tipo de situaciones», agrega para denunciar que la denominada Instrucción 53, que regula un catálogo de medidas de autoprotección para los ertzainas, quedó desactivada una vez desaparecida la amenaza de ETA. «No podemos permitir que no se esté aplicando la Instrucción 53», incide desde el sindicato Erne su secretario general, Roberto Seijo. Esan también reclamó su «aplicación estricta».
Fuente: http://www.elmundo.es/pais-vasco/2015/01/09/54af9a99268e3e017d8b4570.html