El policía nacional José Manuel Pardo Souto, que estaba en coma desde el 21 octubre del 2012, en que sufrió un traumatismo craneal cuando ayudaba a sus compañeros a reducir a un detenido, falleció esta tarde.
Deja dos hijos de corta edad. Uno de ellos no llegó a conocerlo porque nació meses después del accidente. La capilla ardiente será instalada en el centro sociocultural de As Nogais, de donde era natural. El entierro se celebrará el viernes. Antes le será entregada la medalla de plata al mérito policial, que le fue otorgada por la Dirección General de la Policía «en reconocimiento a su meritoria actuación profesional y de manera manera más concreta por su valentía y entrega en la acción que tan graves lesiones le produjo». Se espera la presencia de altos cargos de la Policía Nacional.
Según fuentes consultadas, Pardo Souto, adscrito a la unidad de seguridad, nunca llegó a salir del coma en el que entró tras el accidente. Lo trasladaron a Barcelona, donde permaneció varios meses. Ahora vivía en Lugo, en una casa adaptada a su situación y acudía a rehabilitación a un centro de Castro Ribeiras de Lea.
