Tras esta primera intervención, los agentes prosiguieron con las gestiones tendentes a la localización del lugar de procedencia de los vehículos recuperados y comprobaron la existencia de un inmueble, situado en las inmediaciones, que era utilizado para el almacenaje de hachís.
Los investigadores realizaron un minucioso registro en la vivienda y localizaron, tras un armario, un zulo perfectamente construido y camuflado en cuyo interior se almacenaban un total de dieciséis fardos de hachís que arrojaron un peso aproximado de 524 kilos.
La operación se ha saldado con un total de 1246 kilos de hachís intervenidos y la detención de dos individuos como presuntos autores de un delito contra la salud pública.