Agentes de la Policía Nacional han detenido en Alcoy (Alicante) a un presunto pederasta que llevaba más de 15 años abusando y agrediendo sexualmente a menores. El arresto se produjo días antes de que celebrara su fiesta de cumpleaños a la que había previsto invitar a casi una veintena de niños. Para abusar de los menores y obtener imágenes de índole sexual de los mismos se valía de engaños y les ofrecía dinero o regalos. El rango de edad de sus víctimas se sitúa entre los 7 y los 14 años de edad, normalmente varones. Hasta el momento se ha identificado a 13 de sus víctimas, aunque se tiene constancia de que el número de afectados llega hasta los 20.
Las investigaciones comenzaron cuando los agentes recibieron la denuncia de un menor que había sido víctima y testigo de diversos abusos sexuales por parte de un hombre de unos 50 años, afincado en la localidad de Alcoy. De inmediato se iniciaron las pesquisas para determinar la veracidad de los hechos y detener al autor de los mismos. Las gestiones desarrolladas permitieron a los agentes identificar y localizar al presunto responsable, así como obtener indicios que confirmaban la versión dada por la víctima de los abusos. Las indagaciones sirvieron también para determinar que este sujeto se ganaba la confianza de los niños mediante engaños, haciéndoles regalos o bajo amenazas. Además se tuvo conocimiento de que próximamente celebraría una fiesta de cumpleaños en su vivienda, a la que había invitado a casi una veintena de niños. Este descubrimiento precipitó su detención que se produjo el pasado día 7 de octubre.
En el registro de su domicilio se hallaron miles de archivos fotográficos y de vídeo con contenido pedófilo, unos descargados de Internet y otros de producción propia, estos últimos obtenidos en su vivienda. Igualmente en el domicilio se localizaron pruebas que corroboraban que esta persona llevaba actuando desde hace al menos 15 años. Las gestiones practicadas los investigadores con posterioridad al registro les permitieron averiguar que contaba con un colaborador, menor de edad, que le ayudaba a conseguir nuevas víctimas.
Al presunto pederasta se le imputan delitos de de abusos y agresiones sexuales a menores de 16 años, acoso sexual, exhibicionismo y provocación sexual, relativos a la prostitución, explotación sexual y corrupción de menores y contra la salud pública.
Distintos métodos para acercarse a los menores
La forma de actuar del presunto pederasta ha sufrido cambios significativos con el paso del tiempo, tal y como han podido constatar los agentes a través de las investigaciones y de las declaraciones de víctimas ya identificadas. En un primer momento, en la década de los 90, comenzó captando niños a través de equipos de radioaficionado, muy de moda en esa época, con los que conseguía quedar tras ganarse su confianza.
Cuando se extendió el uso de Internet empezó a utilizar programas de chat para realizar prácticas de grooming, captando a menores en la red para conseguir que éstos le facilitaran fotografías o vídeos de contenido sexual, haciéndose pasar por una chica de su edad. El presunto pederasta también contactaba con sus víctimas en la calle, a las que captaba en zonas de afluencia infantil, utilizando diferentes métodos para acceder a ellos y ganar su confianza. Una de las formas de acercarse a los menores era utilizando como señuelo a su perro. También les regalaba chucherías, dinero, o les invitaba a merendar o a jugar al ordenador/videoconsola para conseguir que fueran a su domicilio.
Cuando conseguía que lo acompañasen a su domicilio, inicialmente les dejaba jugar con el ordenador o la videoconsola, mostrándoles posteriormente películas de contenido pornográfico y, en un contexto de juegos y bromas, les solicitaba que se desnudaran, llegando incluso a ofrecerles dinero.
Acordaba por escrito con los menores sus deseos sexuales
Con el paso del tiempo el arrestado solicitaba de los menores la realización de actos sexuales más explícitos. Si los menores no aceptaban los regalos o el dinero, el presunto pederasta los amenazaba con contar a sus padres y al resto de su entorno lo sucedido, llegando en algunos casos, tal y como explican algunas de sus víctimas, a usar la violencia para conseguir tales fines.
En otras ocasiones, cuando los menores mostraban reticencias, el presunto pederasta realizaba una especie de contrato -los investigadores han hallado varios en el domicilio- en los que se plasmaban por escrito los deseos de una y otra parte, exigiendo el adulto episodios de tipo sexual, mientras que los menores solicitaban videoconsolas, videojuegos, teléfonos móviles u otros efectos.
La investigación, que sigue abierta, ha sido llevada a cabo por policías de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Alcoy, en colaboración con el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría de Alicante.