Compartieron un vídeo de contenido sexual de una menor que se hizo viral entre los alumnos del centro escolar de la chica y en otros de la ciudad, algo que afectó a su rendimiento académico y a su comportamiento. Por este motivo, un joven, mayor de edad, y un adolescente fueron detenidos por la Policía Nacional acusados de un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
Los hechos se remontan al verano de 2017. La menor mantenía una relación con un joven al que envió un vídeo de contenido íntimo. Solo lo compartió con él, por ser su pareja. La cosa quedó ahí pero al año siguiente, en septiembre de 2018, el vídeo comenzó a circular entre los estudiantes de un colegio de la ciudad. El joven que había recibido las imágenes un año antes decidió compartirlas «por circunstancias que no han trascendido», según explicó la Policía Nacional, con otro adolescente. Este fue quien comenzó a difundirlo entre los estudiantes del centro donde cursaba sus estudios la joven.
La viralidad de las imágenes causó un trastorno a la menor. Según explicó la Policía Nacional, a través de una nota de prensa, la difusión del contenido «provocó un cambio de su vida, rendimiento y comportamiento». La menor acabó denunciando los hechos que desencadenaron en la detención de los dos jóvenes tras una investigación policial que sirvió para identificar y detener, primero, al joven que fue pareja de la chica y que recibió el vídeo en un primer momento. Y segundo, al menor que acabó compartiendo las imágenes entre los compañeros de colegio de la joven.
La Policía Nacional explicó que estos hechos pueden constituir, además, un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil, ya que la joven que aparece en las imágenes es menor de edad, dato que conocían tanto el autor principal de los hechos como el resto de adolescentes que recibieron y compartieron el vídeo.
Esta práctica, conocida como ‘sexting‘, se está convirtiendo en un juego muy peligroso entre los adolescentes. Consiste en compartir contenidos muy íntimos, como fotos o vídeos en actitudes sexuales, desnudos o semidesnudos realizados por ellos mismos y que envían, normalmente a su pareja, a través del móvil. Lo que en un principio puede considerarse un «simple juego» puede derivar en «un grave riesgo», alerta la Policía Nacional. Una vez que se comparten esas imágenes se pierde el control sobre ellas pudiendo ser utilizadas por terceros a modo de chantaje.
El problema radica en que aunque los envíos se produzcan de forma voluntaria a la persona con la que mantiene una relación, no se presta el consentimiento para esos vídeos o fotografías acaben compartiéndose con otros, por lo que se estaría cometiendo un delito contra la intimidad.
La Policía Nacional aconseja evitar estas prácticas para no acabar siendo víctima de este tipo de delitos, por ello advierte que antes de enviar una imagen o vídeo personal se piense mucho ya que una vez compartido se pierde el control sobre su difusión.
El caso se agrava si se trata de imágenes de un menor, ya que se considera pornografía infantil toda imagen de desnudez protagonizada por alguien que no haya cumplido los 18 años. La posesión de las mismas también es un delito por lo que si a alguien le llegan este tipo de imágenes hay que borrarlas de inmediato, recomienda la Policía Nacional.