Los especialistas de la Guardia Civil tuvieron que sumar a la docena de rescates del pasado fin de semana una intervención más para salvar a un jabalí que había quedado atrapado en el interior del barranco de Gorgol, en Panticosa, y que suponía un peligro para los deportistas que realizaban el descenso.
Dani Gracia, de la Compañía de Guías de Piedrafita de Jaca, fue quien dio el aviso. Acompañaba a un grupo de clientes a hacer el barranco y al poco de empezar, se encontraron por sorpresa con un jabalí que estaba escondido junto a una pared del cañón. Ante el riesgo de que el animal les embistiera, montó un pasamanos (una cuerda fijada a la roca) para sortearlo porque no tenían otra vía de salida «pero como detrás venían más grupos y gente particular haciendo también el barranco, decidí llamar al Greim para ver si lo podían sacar de allí».
Al parecer, todo indica que el animal pudo caerse desde una de las paredes del barranco y no tenía escapatoria ya que tanto por un lado como por otro tenía que atravesar sendos saltos de agua.
Entre rescate y rescate, los socorristas de la Guardia Civil de Panticosa pudieron acercarse a la zona y con la ayuda de una cuerda lograron sacar al animal. Ante el riesgo de acercarse demasiado, hicieron un lazo y lo arrojaron varias veces hasta que consiguieron enganchar una pata y subirlo colgado por una cascada liberándole posteriormente sano y salvo.
Dani Gracia reconoce que fue un gran «susto» pero por suerte el animal, que podía pesar entre 70 y 80 kilos, estuvo tranquilo y no hizo amago en ningún momento de intentar atacarles. «Parecía estar asustado», dijo.
Y es que cabe recordar que el verano pasado, un jabalí malherido tras una caída de unos diez metros a una poza de la Foz de Fago sí que atacó a un grupo de barranquistas, uno de los cuales recibió un mordisco. Después de varias embestidas, tuvieron que montar una tirolina para esquivar al animal. Afortunadamente, al final resultaron ilesos.
Entonces también acudieron los especialistas de Guardia Civil, pero aunque intentaron sacar al animal por todos los medios, no tuvieron más remedio que sacrificarlo porque estaba muy agresivo y suponía un enorme riesgo para los barranquistas.