La Guardia Civil mantiene abierta la investigación por la explosión en la madrugada del pasado sábado de un artefacto adosado a una puerta de una vivienda en el número 3 del lugar de Patrocinio, en el municipio de Negreira, tras haber descartado motivaciones políticas por este incidente.
En estos momentos, los agentes indagan sobre las personas que pudiesen haber estado relacionadas con el inmueble, bien por trabajo o, por haber ocupado la vivienda anteriormente en régimen de alquiler y a los que podría estar dirigida esta explosión.
Y mientras descarta el móvil político, la Guardia Civil atribuye provisionalmente lo ocurrido a un acto vandálico o «gamberrada». Mientras tanto, los vecinos del edificio aseguran que los propietarios de la vivienda «son xente tranquila e non se meten con ninguén». También afirman que no vieron a nadie sospechoso rondando por la zona ese día.
Recogida de pruebas
Para continuar con la investigación, agentes de la Policía Judicial recogieron ayer restos del artefacto causante de la explosión para su análisis. Creen que era un «artificio pirotécnico» adosado a la puerta y que, debido a la potente deflagración causó daños en la entrada del inmueble. El fuerte estruendo pudo oírse en varios kilómetros a la redonda de Negreira.
La explosión tocó tan cerca que algún vecino llegó a pensar que había sido su caldera de la calefacción que había explotado, por lo que hasta llegó a levantarse de la cama para comprobarlo. Aunque no hubo heridos porque la vivienda afectada por la explosión está habitualmente vacía, una hija de los dueños tenía pensado pasar allí la noche, pero a última hora decidió cambiar de planes.
Superado el susto inicial, los propietarios presentaron ayer denuncia en la Guardia Civil al tiempo que daban parte a la compañía aseguradora para que se haga cargo de la reparación de los daños. Insisten en no entender qué motivos pudieron llevar a que alguien colocase el artefacto en el llamador de la puerta, en la parte superior, pues señalan no tienen problemas con nadie y, menos aún para hacer estallar un artefacto explosivo, un suceso que el vecindario valoró como un hecho «insólito», dada la tranquilidad de la zona.