El grupo desarticulado utilizaba el método del ‘gancho ciego’ para introducir droga en España ocultando la mercancía ilegal, la cual distribuían en paquetes de aproximadamente un kilo de peso, en contenedores que enviaban desde Brasil.
Para conseguir extraer el estupefaciente sin controles policiales contaban con la colaboración de tres ‘rescatadores’ que trabajaban en el puerto valenciano. Con esta operación se ha conseguido desarticular todo un entramado de narcotraficantes y han sido detenidas diez personas en las provincias de Valencia y Castellón.
Entre los efectos intervenidos, además de los 58 kilos de cocaína, se hallaron 15.000 euros en efectivo, una pistola del calibre 9 milímetros, 30 teléfonos móviles, material informático, diversa documentación, cizallas y precintos nuevos destinados a la apertura y cierre de los contenedores.
La investigación comenzó en octubre de 2012 cuando los agentes tuvieron constancia de la existencia de una organización asentada en la Comunidad Valenciana que podría dedicarse al tráfico de sustancias estupefacientes. En las primeras indagaciones los agentes descubrieron que la red introducía droga en España procedente de Sudamérica a través del puerto de Valencia.
Tras varias pesquisas los investigadores constataron que la red contaba con tres colaboradores clave que trabajaban en el puerto de Valencia. Estas personas, denominadas ‘rescatadores’, tenían la función de extraer la cocaína de los contenedores para evitar la acción policial y los controles aduaneros.
DESTINO A ITALIA
Una vez en su poder se la hacían llegar a los destinatarios finales para distribuirla en Italia. Posteriormente, los agentes averiguaron que la organización estaba ultimando los detalles para realizar un importante envío de cocaína, por el procedimiento del ‘gancho ciego’, desde el puerto de Santos (Brasil) hasta la capital de la Comunidad Valenciana.
Tras realizar diferentes indagaciones se localizó la ubicación de uno de los dos contenedores dentro de una de las terminales portuarias, donde los ‘rescatadores’ debían extraer la mercancía ilegal de una forma discreta. Una vez realizado el reconocimiento del contenedor, los agentes encontraron una mochila negra de grandes dimensiones entre la carga legal, que ocultaba 32 paquetes de cocaína termo-sellados, de aproximadamente un kilogramo de peso cada uno, arrojando un peso total de 36 kilos.
Después de analizar diferente documentación intervenida los investigadores identificaron, también en el puerto de Valencia, el segundo contenedor enviado por la organización.
En este caso, los compinches habían registrado en la base de datos de la terminal que se encontraba vacío y apilado en la zona de contenedores desocupados, lejos de cualquier posible control. Tras el reconocimiento del contenedor los agentes extrajeron 22 paquetes de cocaína e incautaron un total de 22,6 kilos de cocaína.