James Franklin Quick de 23 años fue imputado por maltrato y crueldad hacia los animales después de prenderle fuego a Cocoa, la mascota de la mujer con la que salía, según ha publicado un portal de noticias estadounidenses.
Los agentes encontraron al animal con quemaduras y uno de los funcionarios del condado decidió pagar las facturas del veterinario que salvó a la perra mestiza.
La teniente Elaine Smith, de control animal del condado, tuvo que pagar 1.000 dólares para que Cocoa recibiera el tratamiento. Ahora la perra se recupera de las heridas, gracias a la generosidad de la funcionaria.