La Policía Nacional ha asestado un nuevo golpe a dos tramas georgianas de «revientapisos», al menos, una de ellas dirigida por un «kanioneri kurdi» o «ladrón de ley». En total se le imputan seis robos cometidos en Leganés, San Blas y Moratalaz. Estos son los casos esclarecidos, pero se sospecha que han perpetrado más. Los detenidos ascienden a siete, de los que dos ingresaron en prisión. No se descartan más detenciones.
En los registros realizados en los domicilios de los delincuentes se les han intervenido numerosas joyas, dispositivos electrónicos, telefonos móviles y 11.310 euros en efectivo, todo ello correspondientes a los últimos golpes a los que aún no habían dado salida en Madrid o en su país de origen. Además, los agentes también decomisaron útiles diversos para perpetrar robos con fuerza, especialmente ganzúas.
Se da la circunstancia de que uno de los siete arrestados es David Tsikarishvili, investigado por su vinculación con una de las mayores operaciones realizadas contra organizaciones criminales especializadas en el robo de casas habitadas en España, bautizada como Aikon. Fue desmantelada en julio de 2015 y, como es propio de estas redes lideradas por un «kanioneri kurdi», tienen conexiones internacionales y se dedican también al blanqueo de capitales con el producto de los sustanciosos botines. Sobre Tsikarishvili, que ingresó en prisión, pesaba una orden de detención por parte de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y Crimen Organizado, por lo que la Policía relaciona a parte de los ahora detenidos con la red mafiosa de la trama Aikon dirigida por el «vor» o el capo Zviad Darsadze.
Una de las investigaciones comenzó el pasado mes de abril por parte de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid, quien tuvo conocimiento de que cuatro individuos georgianos, procedentes de Italia, se habían desplazado a Madrid con intención de «reventar pisos» y marcharse después. Una vez identificados y localizados su domicilio , los presuntos delincuentes fueron sometidos a una estrecha vigilancia. Utilizaban dos vehículos, uno de ellos, de matrícula italiana, residían en la calle de San Maximiliano (Ciudad Lineal) y, estaban siempre ojo avizor, pendientes de si eran objeto de seguimientos policiales. Tales eran las medidas de seguridad que adoptaban que los policías tuvieron que abandonar en alguna ocasión su «persecución». Los sospechosos se desplazaban por la capital, Alcalá de Henares y Leganés. En uno de esas vigilancias se constató que uno de los cuatro sujetos venidos de Italia se reunió con el investigado en la operación Aikon cerca del do micelio del segundo. Fue otra de las pruebas clave.
Tras varios intentos infructuosos de capturarles con las manos en la masa, los funciinarios lo consiguieron. Fue en Leganés, donde fueron arrestados dos de los cuatro sujetos cuando salían de un portal situado en las inmediaciones de la avenida de Francia: habían robado en dos pisos. Uno llevaba una bolsa con joyas y el otro se estaba quitando los calcetines de las manos que utilizaba a modo de guantes para no dejar sus huellas dactilares. Al percatarse de la presencia policial, uno logró huir, no obstante el botín se recuperó y fue devuelto a sus dueños. En las inmediaciones, hablando por teléfono se encontraba el vigilado en la operación Aikon, que fue esposado, junto a Aleksandre Tsamalaidze. Los otros dos siguen en paradero desconocido.