La Guardia Civil y la Policía Nacional desarticularon en el País Vasco el año pasado un total de 31 grupos de delincuencia organizada. De ellos, la mayoría, 26, se dedicaban al tráfico de drogas o a la trata de seres humanos, bien con fines de explotación sexual o para facilitar la inmigración ilegal. Los cuerpos de seguridad del Estado también pudieron certificar la proliferación del hachís y la marihuana, al tratarse de las drogas con mayor volumen de decomisos, así como el incremento de las plantaciones de estas sustancias bajo techo, un hecho que no solo se registra en Euskadi sino también en el resto de España.
Estos datos forman parte del balance anual sobre la lucha contra la delincuencia hecho público ayer por el delegado del Gobierno, Jesús Loza, en una rueda de prensa en Bilbao en la que estuvo acompañado por el jefe superior de Policía, José Antonio Santamaría, y por el general jefe de la zona del instituto armado, Antonio Campos. Loza señaló en su intervención que ha aumentado la frecuencia de los delitos de ámbito supraterritorial y en ese sentido resaltó la «buena» colaboración con la Ertzaintza y la necesidad de «sumar fuerzas policiales» para hacer frente a este fenómeno.
Del informe se desprende que en un año los dos cuerpos se han incautado de 4.600 kilos de droga. La más decomisada por la Guardia Civil fue el hachís, con 1.748 kilos del total de 2.110 kilos de sustancia estupefaciente localizados por sus agentes. Por su parte, la Policía Nacional retiró 2.496 kilos de droga. Aprehendió más de dos toneladas de marihuana en la ‘operación Garden’. Los agentes descubrieron en Sopela una plantación hidropónica de ‘maría’.
Detenciones
Las Fuerzas de Seguridad del Estado lograron asestar un notable golpe a las bandas de delincuencia organizada. El instituto armado desactivó nueve grupos dedicados al narcotráfico y uno a la trata–otro cayó por delito contra la flora y fauna y uno más destinado al tráfico ilícito de vehículos de alta gama– mientras la Policía Nacional, con competencia exclusiva en Extranjería, actuó contra doce redes de inmigración ilegal y cuatro de explotación sexual de nigerianas.
Por otro lado, la Guardia Civil interceptó en Bilbao y Pasaia a 1.539inmigrantes irregulares. El 95% eran de nacionalidad albanesa y fueron descubiertos en Santurtzi. El muro levantado para evitar que estas personas entren como polizones en los barcos con destino a Gran Bretaña, especialmente el ferry, ha reducido significativamente su presencia en Bizkaia, y se ha desplazado hacia Santander, según confirmó Loza.
El desmantelamiento de todas estas bandas se saldó con 3.510 detenidos. El delegado destacó además los diez arrestos por delitos de terrorismo realizados por el instituto armado en el País Vasco. La ‘operación Haien’ permitió apresar a cuatro individuos por actos de enaltecimiento en el campus de la UPV en Álava. ‘Timeo’ llevó a la identificación del inductor y los autores del atentado mortal contra el funcionario de prisiones Máximo Casado y ‘Zerga’ supuso el primer embargo de bienes a condenados por terrorismo para hacer frente a la responsabilidad civil.
El delegado defendió la presencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Euskadi y pidió que se cambié el ‘Alde Hemendik’ (que se vayan) por el ‘Gora Daitezen’ (que se queden). «Son de los nuestros», zanjó. «La permanente formación de los agentes para hacer frente a las nuevas formas de delincuencia y su experiencia en la lucha contra el terrorismo de ETA les permite investigar y actuar con la misma eficacia contra el yihadismo». Aunque reconoció que es «mejorable», apostó por impulsar la «coordinación con la Ertzaintza» y puso como ejemplo la comisaría de Irún, donde los tres cuerpos comparten información con la Gendarmería francesa.