La Policía Nacional está llevando a cabo esta mañana en València y otras ciudades españolas y francesas la mayor operación contra las mafias rusas desarrollada jamás en España, en la que se prevé la detención de casi 160 personas y más de un centenar de registros simultáneos, en los que se espera incautar dinero en efectivo, armas y drogas.
La operación, que culmina una investigación de más de dos años y medio de duración, pretende erradicar cuatro grupos mafiosos distintos, pero interrelacionados, integrados en su mayor parte por ciudadanos armenios y comandado cada uno por su respectivo líder, los temidos Vor V Zakone (ladrón en la ley).
Dos de ellos, los que capitaneaban los grupos más numerosos, operaban en València, otro más en Alicante y el cuarto, en Barcelona.
La Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada (Anticorrupción) y la jueza de Instrucción número 2 de Terrasa (Barcelona), que centraliza la investigación, han ordenado la detención de al menos 36 personas en València, la ciudad que más mafiosos alberga de este grupo criminal de origen armenio, y 29 más en Alicante.
Además, se prevén arrestos en Madrid, Barcelona, Albacete y en varias ciudades francesas a las que habrían viajado recientemente algunos de los integrantes de los clanes asentados en la Comunitat Valenciana.
Los registros se están produciendo en más de 70 ubicaciones de cinco provincias: Barcelona, Madrid, Valencia, Alicante y Albacete. En concreto se realizan en Barcelona ciudad y dos municipios de la comarca del Barcelonés; Madrid y seis municipios de su provincia; Valencia y diez municipios de las comarcas de la Safor, la Ribera, l’Horta, Camp de Túria, Utiel-Requena; Alicante y Medio Vinalopó, y Albacete.
La investigación arrancó hace dos años con el asesinato a tiros, el 4 de enero de 2016 en Terrassa (Barcelona), de Gela Garishvili, lugarteniente de Kakhaber Sushanashvili, jefe de la mafia georgiana en Europa.
La mafia armenia, que funciona con los mismos esquemas que la rusa o la georgiana -en realidad, todos los grupos mafiosos de los países y regiones que formaron en su día la Unión Soviética siguen una misma estructura, similar a la de las mafias italianas-, hunde sus tentáculos delictivos en una multitud de ramas criminales.
Así, obtienen cantidades ingentes de dinero de la trata de personas (principalmente, con la prostitución), el tráfico de armas, el narcotráfico a gran escala, los robos en domicilios, los asaltos a naves industriales y el lavado de dinero.
Los dos vory (plural de Vor V Zakone) asentados en València se limitaban a recaudar el dinero que les pagan los miembros de su grupo, una especie de «súbditos» con la obligación de delinquir y pagar a su jefe la cuota correspondiente por permitirle trabajar para él, esto es, bajo su amparo y protección. El dinero en efectivo se centraliza en «cajas» y acaba en Armenia, donde los principales vory -hay varios rangos- invierten en mansiones, empresas y propiedades diversas.
El lujo que exhiben los vory en su país contrasta con la austeridad con la que viven en el territorio donde trabajan. De hecho, el principal Vor arrestado en Valencia -uno de los más importantes de cuantos operan en este momento en España y que sólo estaba obligado a rendir explicaciones y cuentas ante el Vor que controla el suroeste europeo, asentado en Francia y miembro del máximo consejo de vory en Armenia-, residía en un modesto piso de alquiler con su mujer y su guardaespaldas, y vestía siempre con prendas deportivas sin marca y chanclas.
En realidad, un disfraz perfecto, ya que nadie sospechaba que por sus manos han pasado varios millones de euros en los últimos años, con destino a la cúpula mafiosa, radicada en Armenia.
Los clanes mafiosos rusos se rigen por su propio código de honor. Cada grupo trabaja de manera independiente en un territorio ganado criminalmente y tiene al frente su Vor. Sus costumbres ancestrales se acentuaron tras el triunfo de la Revolución Rusa cuando las redadas masivas de los bolcheviques contra las bandas organizadas que esquilmaban la Rusia de los zares dieron con la mayoría de ellos en prisión.
Fue en esos penales donde crearon el concepto Vor V Zakone y donde radicalizaron sus reglas internas que, entre otras cosas, les impide ejercer cualquier actividad que no sea delictiva y vivir sin lujos en los territorios donde trabajan.
La investigación ha sido desarrollada por el grupo II de Crimen Organizado -especialistas en mafias rusas- de la Unidad central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), la unidad los grupos de Robos de la Jefatura Superior de Policía de València y de la Comisaría Provincial de Alicante.