Galicia extrema la vigilancia para la prevención del terrorismo islamista

0
770
terrorismo islamista
terrorismo islamista

La oleada de ataques terroristas registrada el pasado 26 de junio en Francia, Túnez, Somalia y Kuwait, reivindicados por el Estado Islámico, obligó al Gobierno español a elevar el nivel de alerta terrorista hasta un grado cuatro. En la práctica eso se traduce, entre otras cosas, en un aumento de la protección y vigilancia de lugares con grandes aglomeraciones de gente, aeropuertos, puertos, vías de comunicación e infraestructuras críticas. La planta de Reganosa, en Mugardos; la fábrica de Air Liquid, Arteixo Química y la subestación de Sabón, en Arteixo; o las centrales térmicas de As Pontes o Meirama son algunos de los objetivos donde se ha extremado la vigilancia en Galicia, según fuentes consultadas.

Más allá de vigilar el acceso a espacios o de los controles aleatorios que realizan el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil y la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, los servicios de información de Policía Nacional, Guardia Civil y el propio CNI han multiplicado la vigilancia en Internet como indica el Plan Estratégico de Ciberseguridad. Entre las razones que han llevado a la Secretaría de Estado de Seguridad a desarrollar esas medidas destaca el temor a un sabotaje informático que pueda provocar el caos al cortar la red eléctrica o el suministro de agua en una ciudad, o el atentado contra una red de fibra óptica que conlleve el robo de datos bancarios.

La captación de personas a través de las redes sociales es otro de los problemas que preocupa a las fuerzas de seguridad encargadas de controlar lo que ocurre en la red. Investigan cualquier indicio que pueda indicar un cambio de actitud en el modo de actuar de una persona con perfil de riesgo. Ese tipo de vigilancia es lo que llevó, por ejemplo, el mes pasado a la detención en Ceuta de un hombre que reclutaba menores para que luego estos viajaran a Siria para unirse al Estado Islámico. Tras una primera aproximación el hombre, salafista ortodoxo, mantenía el contacto con los jóvenes a través de mensajes o por medio de Internet.

«Aunque pueda resultar extraño hay jóvenes que ven en los terroristas a unos héroes que luchan contra el poder establecido. Suelen ser de un perfil vulnerable y por eso acaban captados por los terroristas», apuntan fuentes expertas en el tema.

La formación de agentes de los diferentes cuerpos de seguridad del estado para instruirlos en cómo ser capaces de detectar indicios que puedan presentar un riesgo es otra de las medidas preventivas que implica el nivel de alerta cuatro. Al mismo tiempo, el Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta incluye la creación de unos grupos de trabajo a nivel local que aúnen el trabajo de las fuerzas de seguridad, incluida la policía local, con la de los sanitarios, los servicios sociales, los educadores…

La idea es que puedan detectar cualquier proceso de radicalización en grupos de riesgo no controlados que puedan ser víctimas de la red del Estado Islámico.

Un conflicto que ha disparado la colaboración ciudadana y entre países

El atentado del pasado noviembre en París, que llevó a Francia a decretar el estado de emergencia y a sacar los militares a la calle en el área de Bruselas (Bélgica) o el ataque de esta semana justo en pleno centro de Estambul mantienen en alerta a toda la comunidad internacional. España continua con el nivel cuatro. Dar un paso más para llegar al grado cinco implicaría sacar los militares a la calle.

Este tipo de terrorismo ha generado un temor que deriva al mismo tiempo en un elevado índice de colaboración ciudadana y una mayor cooperación entre países, como explican fuentes relacionadas con la lucha contra el terrorismo yihadista.

Stop-radicalismo

De hecho, en un solo mes el Centro de Inteligencia contra el terrorismo y el Crimen organizado (CTCO) registró 600 avisos relacionados con presuntos casos de radicalización. Desde Interior confirman que la mitad tenían información de interés. La webwww.stop-radicalismos.es o el teléfono 900 822 066 son los medios para poder dar la alerta. Tras dar el aviso ya no queda ningún rastro de la llamada como ocurre con otros números de emergencia como el de violencia contra la mujer.

Pero no solo eso. También ha estrechado la colaboración entre países provocando en algunos casos como Bélgica un cambio en la legislación para poder dar más libertad a las fuerzas del orden para actuar en el caso de prevenir nuevos ataques en su territorio.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2016/01/25/galicia-extrema-vigilancia-prevencion-terrorismo-islamista/0003_201601G25P8997.htm

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí