El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha asegurado este martes, en relación a la huelga de hambre iniciada por un grupo de presos de ETA en la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla), que es una «cuestión que ni nos ocupa ni nos preocupa».
De los trece reclusos etarras que cumplen condena en la prisión sevillana, once siguen una huelga de hambre desde hace más de quince días, según informaron fuentes penitenciarias.
Los etarras han adoptado esta decisión por disconformidad con las medidas que adopta hacia ellos el centro penitenciario, como su estancia en módulos de aislamiento.
Fernández Díaz ha afirmado, en declaraciones a los periodistas, que «evidentemente» tiene «pleno conocimiento de la huelga», pero ha añadido que no quería valorar este asunto «porque no quería contribuir a darles publicidad».
Entre los reclusos de Sevilla II se encuentran históricos de ETA como Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi -con seis asesinatos y 374 años de condena- y disidentes como Koldo Aparicio Benito.
El ministro, que se ha desplazado a Jaca (Huesca) para imponer la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil al Servicio de Montaña, no ha entrado a valorar las excarcelaciones de la Audiencia Nacional antes de que tomara una decisión la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo sobre la doctrina Parot, tras la decisión del Tribunal de Estrasburgo.
Ha señalado que en un país democrático y de Derecho como España la división de poderes exige al Gobierno la obligación de cumplir las resoluciones aunque no se esté de acuerdo con ellas.
A este respecto, ha asegurado que «la grandeza y servidumbre del Estado de Derecho se pone de manifiesto cuando el gobierno tiene que cumplir sentencias o decisiones con las que está en desacuerdo pero que no son legítimas».