El Tribunal Supremo ha condenado a seis meses de prisión y al pago de una indemnización de 25.516 euros a un policía que disparó contra el coche con el que un sospechoso intentó atropellarle después de que le diera el alto, a resultas de lo cual el agente alcanzó en la espalda al conductor.
La sentencia relata cómo el Zeta ocupado por dos agentes obligó a detenerse al coche que ocupaba Yonathan S. porque lo identificó como un vehículo robado.
El conductor mantuvo ocultas sus manos y desatendió la orden de bajarse del coche que le dieron los policías, por lo que «para protegerse» uno de los agentes, tras salir de su coche, «se desplazó hacia el tercio posterior del Opel Corsa y desenfundó su pistola reglamentaria».
«Yonathan S. dio marcha atrás de forma brusca para tratar de atropellar al funcionario y seguidamente huyó hacia delante sorteando el coche patrulla», dice la sentencia. Una bala se fragmentó y alcanzó al sospechoso en la espalda y en la piernaCuando el coche del sospechoso circulaba ya hacia delante para marcharse, Manuel S. S., el agente de policía, «disparó con su arma reglamentaria» por dos veces «contra el vehículo», provocando que uno de los proyectiles entrara por la ventanilla trasera, atravesara los asientos posterior y del piloto y se fragmentara en dos trozos que alcanzaron a Yonathan.
Los dos fragmentos dañaron la espalda y la pierna del sospechoso, que tardó en curar y estabilizar sus lesiones 87 días, tras varias intervenciones quirúrgicas.
Yonathan fue condenado por un delito de atentado a un año y medio de prisión y el policía por un delito de lesiones, penas contra las que ambos recurrieron ante el Supremo. El alto tribunal varía ligeramente estas penas y así, añade dos meses a los cuatro que la Audiencia Provincial de Oviedo impuso al policía, aunque reduce de 27.295 a 25.516 euros la indemnización que deberá abonar al sospechoso contra el que disparó.