El secuestro virtual

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Cuando escuchamos las palabras “secuestro virtual” muchos podríamos pensar que se trata de un secuestro de nuestra vida en la web, es decir, robo o bloqueo de cuentas en Facebook, twitter, correos electrónicos e incluso cuentas de banco, pero nada más alejado de la realidad. Esta particular modalidad de secuestro ha saltado a los medios de comunicación de nuestro país con la noticia el pasado mes de octubre con el secuestro del grupo español Delorean en México.

El secuestro virtual, también conocido como extorsión telefónica, no es realmente un secuestro físico propiamente dicho, podríamos denominarlo como un “secuestro psicológico”. Los secuestradores, que muchas veces actúan desde prisión, hacen creer a la o las víctimas, que se encuentran en grave peligro y que deben seguir las instrucciones que ellos les den.

Para ello les proporcionan un teléfono móvil en el cual tendrán que estar continuamente en línea, desde el que se realizan incluso, las conocidas llamadas a tres en las que pueden participar varios interlocutores, con los familiares para hacerles creer que los tienen físicamente retenidos y que realmente su vida e integridad física corre peligro. Lo que los extorsionados y las víctimas no saben es que realmente no corren ningún peligro, pues los secuestradores no se encuentran cerca de las víctimas, y si éstas quisieran con colgar el teléfono y salir de donde se encuentran podrían ya que nadie les retiene ahí.

El problema reside en que juegan con la sugestión y el miedo que les infunden y tanto víctimas como familiares creen a pies juntillas todo lo que está sucediendo, e incluso algunos llegan a pagar rescate por miedo a lo que les pudiera suceder a sus allegados. En muchas ocasiones las víctimas nunca llegan a saber si han sufrido un secuestro real o virtual, y las que llegan a saberlo no cuentan, por temor a quedar en evidencia, que han sido víctimas de un secuestro virtual.

En los inicios, esta modalidad de secuestro estaba dirigida a personas extranjeras o con familiares que no se encontraban en el país. Se hacían pasar por policías o agentes de aduanas entre otros, contactaban con los familiares y les contaban que la víctima había sido encerrada o detenida y debían pagar una cantidad de dinero para poder liberarla, cuando esto no era así. En estos casos, era habitual conocer a las víctimas y familiares, haberlos seguido, y de ahí se sacaba toda la información, números de teléfono, etc. Hoy en día con el uso de las redes sociales es mucho más sencilla la obtención de dicha información, por lo que hace que las potenciales víctimas sean un número más amplio de personas y que incluso familiares y víctima se encuentren todos en el mismo país.

El país en el cual hemos conocido este tipo de secuestros es México, un país cuya inseguridad es conocida, la confianza en los cuerpos policiales está muy debilitada debido a los grandes y conocidos casos de corrupción. Estos factores hacen mucho más sencillo que las víctimas crean que su vida corre peligro e interioricen el fingido secuestro. Esto no quiere decir que sea este el único país en el que se de este tipo de secuestros, pues se han dado casos también en países como Venezuela.

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Fuente:  http://queaprendemoshoy.com/el-secuestro-virtual/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+queaprendemoshoy+%28QueAprendemosHoy%29

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