La creación en Eivissa y Formentera de un destacamento de la Guardia Civil del Mar, que permitiría reforzar de forma considerable la ínfima dotación que tiene este cuerpo en la isla –dos agentes y una zódiac–, está pendiente de que la Autoridad Portuaria de Balears encuentre un amarre para la nueva embarcación de la Benemérita, una lancha algo más grande que la actual.
Los responsables de la Guardia Civil de Balears anunciaron este año la implantación de dicho destacamento marítimo, que permitiría destinar a Eivissa y Formentera entre 15 y 20 agentes, frente a los dos actuales, y sustituir la zódiac que ahora tienen por una embarcación algo más grande y más equipada.
Sin embargo, un portavoz de la delegación del Gobierno en Balears explicó esta semana a Diario de Ibiza que, antes de crear este destacamento, «debe encontrarse un amarre en el puerto de Eivissa para que la lancha pueda estar todo el año». Sin embargo, este requisito, aparentemente fácil de solventar, está planteando problemas: «La Autoridad Portuaria dice que es difícil, porque no hay demasiado espacio en el puerto», añadió este portavoz.
«En cuanto se tenga este amarre, la Guardia Civil enviará la correspondiente solicitud al Ministerio del Interior para que le conceda el destacamento», según la delegación gubernativa de Balears.
Por su parte, la Autoridad Portuaria de Balears confirmó que aún no ha reservado ningún espacio en el puerto para que pueda amarrar esta lancha y justificó esta situación porque «ha habido una persona que ha estado de baja», lo que ha retrasado los trámites. «De todos modos, de no ha de haber ningún problema para esta petición», afirmó el portavoz de la Autoridad Portuaria, Raimon Jaume.
«Se trata de ponerse manos a la obra y encontrar un lugar», añadió.
La insuficiencia de medios con que cuenta la Guardia Civil del Mar en Eivissa y Formentera se hace especialmente patente por la gran cantidad de tareas que debe controlar. La actual lancha y los dos agentes destacados en las Pitiüses tienen a su cargo la persecución de todo el narcotráfico que se produce en el mar a bordo de embarcaciones, el control de delitos relacionados con la inmigración, el auxilio y socorro de personas en caso de accidentes marítimos, la intervención en caso de abordajes entre embarcaciones, el control de motos náuticas, la comprobación e inspección de documentación náutica, la vigilancia y represión de la pesca furtiva, tanto submarina como en superficie, y tanto profesional como recreativa; la seguridad de los bañistas en zonas habilitadas para ello, los fondos sobre praderas de posidonia, vertidos contaminantes, party boats y, en general, todo tipo de actuaciones que se desarrollen en el mar.
El número de efectivos de este cuerpo en Eivissa ha ido reduciéndose en los últimos años, a pesar de que el trabajo ha ido aumentando de forma considerable.
En 2010, el número de agentes que había destacados en la Guardia Civil del Mar en Eivissa y Formentera llegó a ser de seis, pero al año siguiente ya se pasó a cuatro (un patrón y tres mecánicos marineros) y ahora ya solo hay dos, además de eventuales refuerzos que pueden llegar desde Mallorca, como ocurrió en una ocasión este verano para un control esporádico de los barcos-discoteca.