Un Policía Local de Burriana ha sido detenido por la Guardia Civil como presunto autor de un delito de corrupción de menores y abusos sexuales perpetrado contra, al menos, cinco menores, según pudo saber Mediterráneo.
Al parecer, el arrestado, como detallaron fuentes fidedignas a este diario, se servía de su condición de agente de la autoridad para acceder a las bases de datos de adolescentes problemáticos –todos ellos varones y con antecedentes– y contactar, entonces, con ellos, supuestamente, bajo el pretexto de querer ayudarles en su reinserción. Así, se ganaba su confianza hasta, presuntamente, llegar a abusar sexualmente de ellos bajo coacciones y amenazas.
El detenido, que fue interrogado en la comandancia de la Guardia Civil de Castellón el pasado martes, permaneció durante todo el día de ayer en los calabozos de la Ciudad de la Justicia y, a última hora de la tarde, al cierre de esta edición, permanecía prestando declaración ante el juez titular del juzgado de Instrucción número 6, en funciones de guardia, y ante la fiscal encargada de este caso. El Ministerio Público, a la vista de las contundentes pruebas aportadas por los investigadores de la Guardia Civil, interesó al juez el encarcelamiento del policía local, como detallaron a este medio fuentes judiciales.
También las víctimas, al menos cinco, prestaron su testimonio durante el martes y el miércoles e incluso ayer por la mañana. Primero, en el cuartel de la Guardia Civil, y, posteriormente, en sede judicial, en presencia de los abogados y de la fiscal. Muchos acudieron acompañados de sus padres.
Fuentes judiciales consultadas por Mediterráneo concretaron que, al parecer, los afectados narraron al juez que el policía local se ganaba la confianza de los adolescentes ofreciéndoles regalos o dádivas como móviles u otros objetos de última generación. Después, les pedía fotos en las que debían aparecer desnudos y, supuestamente, los chantajeaba. El siguiente paso, presuntamente, era, como detallaron estas fuentes, obligarles a mantener relaciones sexuales bajo coacciones.
La investigación comenzó en septiembre, cuando la Guardia Civil recibía una denuncia de un anónimo alertando de que un agente de la Policía Local estaba, presuntamente, prevaliéndose de su condición para poder abusar sexualmente de menores.
Inmediatamente, un equipo de élite de la Benemérita comenzó a realizar vigilancias y seguimientos. Fue el martes cuando, tras recabar numerosas pruebas, la Guardia Civil decidió explotar la operación y culminarla con la detención del sospechoso.
El juez ha ordenado el secreto de todas las actuaciones.