Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con cuerpos de policía franceses, paraguayos y funcionarios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria en Navarra, con el apoyo de una oficina móvil de Europol, han desarticulado un entramado de carácter internacional dedicado a la captación de mujeres de origen sudamericano para su posterior explotación sexual en diferentes localidades de los estados francés y español.
Se ha logrado la desarticulación completa de la organización al actuar simultáneamente tanto en Paraguay, país de procedencia de muchas de las víctimas, Francia y España, destino final de las mujeres para su explotación sexual. Los agentes han detenido a 14 miembros de la organización, y han conseguido liberar a 15 mujeres que estaban siendo explotadas.
La Policía Nacional destacó en un comunicado que esta operación “constituye un hito en la cooperación policial internacional al permitir trabajar de manera conjunta a los agentes pertenecientes a los distintos Estados miembros de la Unión Europea junto con los de Paraguay”.
La investigación comenzó a finales del pasado año a partir de una llamada realizada por una de las mujeres víctimas de trata y la colaboración de los ciudadanos. A partir de esta información, los agentes iniciaron las primeras pesquisas que les llevaron hasta una organización constituida en torno a un clan familiar y dedicada a la trata y explotación sexual de mujeres. Estas eran captadas principalmente en Paraguay y posteriormente trasladadas a Europa donde eran obligadas a ejercer la prostitución en pisos y locales de Pamplona, Nantes (Francia) y La Roche-Sur-Yon (Francia).
Los investigadores solicitaron la ayuda de las autoridades francesas y paraguayas con el fin de localizar y detener a los miembros de la organización ubicados en dichos países, así como para identificar a mujeres que pudieran estar siendo víctimas.
El grupo criminal captaba mujeres a través de sus miembros asentados en Ciudad del Este (Paraguay) utilizando como excusa la falsa promesa de un trabajo como masajistas, empleadas domésticas o en supermercados. Todos los gastos generados por el traslado de las mismas y gestiones documentales corrían por cuenta de la organización y las mujeres, por su parte, se comprometían a abonar la cuantiosa deuda con los beneficios que obtuvieran de su trabajo.
Las mujeres salían de la ciudad paraguaya de Asunción con destino a Sao Paulo (Brasil) y, una vez aquí, eran trasladadas a pisos o locales de alterne donde eran informadas de cuál iba a ser su verdadero trabajo y de la deuda que habían contraído con la organización, que rondaba los 3.000 euros. – E.p.
