La comisaría de Policía Nacional de Burgos alerta sobre un nuevo repunte de llamadas telefónicas comunicando falsos secuestros virtuales. Durante la jornada del lunes se recibieron 17 llamadas en las que se pedía un rescate económico ya que habían secuestrado a un familiar. También se interpusieron 5 denuncias por hechos similares.
Las víctimas reciben llamadas telefónicas en las que les exigen cantidades que oscilan entre 1.000 a 10.000 euros por la liberación de un familiar, escuchando gritos de fondo de alguien que parece estar en crisis, generando una situación de bloqueo y angustia en el interlocutor. En realidad no se trata de ningún secuestro real, sino de una estafa telefónica que busca presionar a las víctimas mediante amenazas antes de colgar el teléfono, haciendo creer que un familiar cercano ha sido secuestrado y que será torturado si no paga de forma inmediata un rescate. Los autores de estas estafas prolongan la llamada durante bastante tiempo con dos objetivos: por un lado, evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información, y por otro conseguir que realice un pago rápido.
Mayoritariamente las llamadas se están efectuando desde Chile, para lo que utilizan el prefijo internacional 0056 de este país. Otro aspecto importante para detectar la estafa es que se exige que los pagos se realicen a través de una empresa de envíos de dinero, que está normalmente ubicada en locutorios. La Policía Nacional ha alertado de estas llamadas y ha difundido periódicamente pautas de prevención a través de los medios de comunicación y sus canales en redes sociales. Se reitera que se desconfíe de este tipo de llamadas y se contacte de inmediato con la Policía Nacional a través del 091 o en cualquier comisaría, si recibe una de estas comunicaciones desde un número privado desconocido.
Hay que recordar que durante el mes de diciembre se recibieron hasta 30 llamadas de este tipo, también con el mismo prefijo de Chile. El pasado verano ya se conocieron los primeros casos de este tipo de delitos. A partir de ese momento se recibieron cinco denuncias en la comisaría, en este caso por padres de niños que nunca fueron secuestrados.
Este tipo de llamadas arrancó en Madrid y en Valencia en febrero del pasado año, para luego extenderse por lugares como Toledo, Asturias, Córdoba, Salamanca y Castellón. Este tipo de llamadas se mezclan con otro tipo de hechos delictivos, los bulos que circulan por los grupos de whatsapp, generalmente de padres, que lo que buscan es captar los datos de los teléfonos móviles que comparten estos mensajes.